Fondue sencilla de queso
Abandonadito que ha tenido una servidora el blog en los últimos meses.
Por falta de tiempo fundamentalmente, que entre unas cosas y otras gracias que tenía una humor para la cocina de supervivencia, y luego por la pereza de hacer fotos y escribir la receta y todo lo demás.
Pero ya que ahora voy a tener algo más de tiempo habrá que intentar retomar el ritmo, ¿no? 🙂
Para ir arrancando motores empezamos con una receta muy muy fácil: una clásica fondue.
El aparatito nos lo compramos unas navidades en plan capricho.
Los hay a un precio muy asequible y la verdad es que este tipo de «tapeo» caliente, compartiendo todos del mismo recipiente, tiene mucha gracia.
Además que no solo para quesos vale: probad a hacer unas carnes o bien una fondue de chocolate. ¡También están buenísimas!
Por lo que tengo entendido la fondue es un plato típicamente suizo, perfecto para degustar en días fríos los distintos quesos locales.
Por eso los tipos de queso elegido pueden ser muy diferentes y merece la pena experimentar y probar combinaciones de nuestros sabores preferidos.
Creo que esta es la más sencilla porque utiliza dos quesos que es muy fácil encontrar en cualquier lugar y que en general gustan a todo el mundo, de ahí el título de la receta.
Por lo visto es una variante de la zona de Neuchâtel, pero no lo digo porque lo sepa. Es que lo pone en la Wikipedia, jajaja.
Ingredientes
- 200g queso Enmental
- 200g queso Gruyere
- 1 vasito vino blanco
- 1 cucharada Kirsch (o brandy, o cognac, o nada)
- 1 diente de ajo
- 1 cucharada maicena
- sal
- pan
Preparación
Cortamos o rallamos el queso. Cuanto más pequeños los trozos más rápido se fundirá.
Cortamos también el pan en trocitos del tamaño de un bocado y los dejamos ya colocados en algún platito para que todos los comensales se sirvan a su gusto.
Pelamos el ajo y lo machacamos ligeramente.
Frotamos con él la fondue y, si no es apta para colocar directamente al fuego, también la cazuela en la que fundiremos el queso.
Lo dejamos en la cazuela justo con el vino y una pizca de sal, y ponemos a hervir durante unos 3 minutos.
Mezclamos la maicena con el Kirsch (o con alguno de los otros licores, o con un poquito más de vino si no queremos comprar una botella de algo solo para esta ocasión).
Una vez hervido el vino bajamos el fuego y vamos agregando el queso, poco a poco para que se funda con facilidad, mientras removemos para que no se nos pegue.
Cuando se haya fundido todo agregamos el vino con maicena, sin dejar de dar vueltas, hasta que se mezcle bien y se evapore el alcohol.
Encendemos el mechero de nuestra fondue y colocamos la cazuela sobre ella (o pasamos el queso de la cazuela al recipiente de la fondue si no es el mismo).
Servimos inmediatamente.
Vamos pinchando nuestros trocitos de pan y arrastrando el queso para degustarlo bien calentito.
Me encanta la fondue de queso, efectivamente es una receta sencilla pero de un resultado fantástico.
Saludos
Que ben que xa volvas estar operativa
La probaré el dia que me compre un aparato para fonde, porque tiene muy buena pinta. Gracias por compartir