Tarta Sacher
Hace un par de semanas fue mi cumpleaños.
Pero ese día no me hice una tarta, no. Por un lado porque íbamos a comer fuera para celebrarlo (y ya era bastante exceso) y luego entre una cosa y otra porque estaba tan cansada que me daba pereza ponerme a ello.
Así que lo fui dejando… pero al final sí que me hice una señora tarta de chocolate. ¡Más vale tarde que nunca!
La tarta Sacher es uno de los emblemáticos postres vieneses que tuvimos el placer de degustar este verano en nuestro viaje a la capital austriaca.
Siempre acompañada por nata montada, clásica combinación, aunque en casa haya decidido prescindir de ella por eso de moderarse un poco.
En fin, como de tantos otros viajes, me traje un libro de recetas típicas… en el que por supuesto esta tarta no podía faltar.
Así que sin dudarlo fue esa la versión que decidí probar, aunque en internet hay montones de recetas distintas que seguro que también están buenísimas.
¡Casi apetece probarlas todas!
Ingredientes
- 180g mantequilla
- 150g azúcar
- 80g azúcar lustre
- 180g harina
- 180g chocolate
- 180g confitura (o mermelada) albaricoque
- 8 huevos
- 1 cucharada aroma vainilla
Para la cobertura:
- 400g azúcar
- 330g chocolate
- 250ml agua
Preparación
Precalentamos el horno a 170ºC.
Preparamos un molde circular de unos 20cm de diámentro, engrasándolo con mantequilla y espolvoreando ligeramente de harina.
La mantequilla deberá estar bien blandita antes de empezar, pues la queremos batir con el azúcar lustre y la vainilla hasta obtener una mezcla espumosa.
Sepamos las yemas de las claras y fundimos el chocolate al baño maría (o muy cuidadosamente a fuego muy bajo).
Agregamos tanto las yemas como el chocolate fundido a la mezcla de mantequilla, removiendo bien.
Por otro lado batimos las claras con el azúcar normal a punto de nieve. Las incorporamos también muy cuidadosamente para evitar que se bajen.
Añadimos finalmente la harina, poco a poco y bien tamizada, removiendo con suavidad hasta obtener una masa homogénea.
Vertemos en el molde previamente preparado y horneamos durante unos 45-60 minutos. La prueba del palillo funciona perfectamente con este tipo de pastel.
Retiramos del horno y dejamos que enfríe.
Una vez fría procedemos a terminar de montarla.
Para preparar la cobertura ponemos el chocolate troceado, el azúcar y el agua calentar en una cazuela, removiendo con unas varillas para evitar grumos. Dejamos hervir durante 5 minutos y retiramos del fuego.
Para ayudarnos a enfriarla podemos colocar la cazuelita en un recipiente con agua fría mientras removemos, cambiando el agua si observamos que se calienta.
Mientras la cobertura termina de enfriar, cortamos el pastel horizontalmente en tres trozos iguales.
Calentamos la confitura o mermelada de albaricoque, la trituramos si fuese necesario para evitar grumos, y la repartimos sobre los tres trozos de pastel, que montaremos de nuevo.
Finalmente repartimos sobre ella la cobertura de chocolate y dejamos enfriar para que tome textura firme (podemos refrigerar).
Para servir lo típico es acompañar de nata montada. Aunque eso lo dejo a la glotonería de cada quien.
deliciosa, la probaremos