Pulled pork (en slow cooker)
Esta no es una de ellas.
Es más, ni tan siquiera es el tipo de cosa que acostumbre cocinar.
Pero me la he encontrado tantísimas veces, he leído tantos comentarios sobre lo bien que queda, que al final me he animado y todo.
Se trata del pulled pork, la típica carne desmenuzada que en las pelis norteamericanas vemos preparar en la barbacoa para luego meter en panecillos para hamburguesa. Esa, esa misma.
A mí me sale llamarle carne mechada de cerdo, aunque creo que en algunas zonas de España lo de mechar se refiere a otra cosa, y además el especiado de esta receta tiene un toque particular, así que no me voy a meter en berenjenales y el nombre ni lo toco. ¡Pero la carne me la zampo!
Cuando fui a comprarla paleta de cerdo, mi carnicero me dijo que no tenía la pieza que le pedía. Ya sabéis, cada uno hace los cortes que sabe que vende.
Pero lo bueno de ir a una carnicería de confianza en lugar de adquirir estos productos en un supermercado, es que le puedes contarle los usos a los que los quieres destinar y él ya se encarga de sugerir un corte apropiado. Y para mí que así en crudo todo me parece igual eso me viene la mar de bien.
Así que, ya con la compra hecha, seguí la receta al pie de la letra y me inicié en el extraño mundo del cocinado nocturno.
Que sí, que sí, que la carne empezó a cocinarse nada más y nada menos que a las 4 de la mañana mientras una servidora dormía plácidamente, y al llegar a casa a mediodía la tenía lista para ser deshebrada (lo cual, dicho sea de paso, se hace un momento de tan jugosa que queda).
Se puede comer así tal cual, acompañada de ensalada o de arroz, que fue lo que hicimos el primer día.
Y el resto ha ido directito al congelador, pensando en que cuando venga algún día con horarios complicados podemos hacer un bocata a la plancha con carne y queso. ¡Ya se me hace la boca agua!
Ingredientes (para 6 personas)
- 1 paleta cerdo (aprox. 2 – 2’5kg) u otra pieza
- 2 cucharadas pimentón dulce
- 3 cucharadas azúcar moreno
- 1 cucharada sal
- 2 cucharadas mostaza
- 2 cucharadas comino
- 1 cucharada pimienta negra
- 3 dientes ajo
- 2 cucharadas de aceite de oliva virgen
- 50ml de agua
Preparación
Pelamos los dientes de ajo y los machacamos en el mortero.
Mezclamos todos los ingredientes del adobo (pimentón, azúcar, sal, mostaza, comino, pimienta y aceite) y añadimos el ajo.
Eliminamos el exceso de grasa de nuestra pieza de carne, repartimos la mezcla anterior sobre ella y dejamos que macere durante al menos dos horas.
Añadimos el agua al slow cooker, colocamos la carne y cocinamos en baja durante 8 horas.
Retiramos de la cazuela, dejamos reposar un poco para que no esté tan caliente, y desmenuzamos con un par de tenedores.
Servimos regado con su propio jugo, bien sea como plato o en bocadillo.
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