Arroz pilaf con ajo
Arroz.
Blanco.
Para guarnición.
¿Hay algo más básico?
Un arroz pilaf (o pilaw o pilau o como se quiera escribir) no es más que un arroz cocido, pero de otra manera.
El rehogado previo le da una textura diferente, muy jugosa, pero no hace falta estar tan pendiente de él como cuando preparamos un risotto (punto a su favor).
Se le pueden añadir multitud de ingredientes y de especias, pero últimamente se me ha dado por prepararlo simplemente con un poco de ajo y caldo casero.
Sencillo y delicioso.
Ingredientes
- 1 parte de arroz
- 2 1/2 partes de caldo (o agua)
- 1 diente de ajo
- mantequilla (o aceite)
- sal
Preparación
Como el arroz no será escurrido y lavado posteriormente, prefiero lavarlo antes de cocerlo tal y como hacen los asiáticos. Es cuestión de ponerlo en un recipiente con agua, remover y eliminar el agua que habrá tomado algo de color, repitiendo hasta que el agua salga clara.
Luego lo escurrimos bien y ya está listo para cocinarse.
En una sartén derretimos una cucharada de mantequilla por cada porción de arroz que vayamos a preparar.
Una vez derretida agregamos el arroz, removiendo bien, y rehogamos durante unos minutos.
Mientras tanto pelamos y rallamos el diente de ajo.
Lo añadimos al arroz, removiendo nuevamente, y en cuanto empiece a dorarse (que será enseguida) vertemos el caldo y sal al gusto.
Llevamos a ebullición y cocemos durante aproximadamente 10 minutos.
Después tapamos y apagamos el fuego, pero dejamos reposar al menos 5 minutos más.
Podemos servirlo directamente o darle forma con algún molde (por ejemplo un vaso o tacita) ligeramente humedecido.